El semen es un líquido viscoso y blanquecino constituido por las secreciones de las glándulas bulbouretrales, uretrales, de la vesícula seminal y la próstata, combinado con los espermatozoides, pero la capacidad de producirlo se desarrolla cuando comienza la pubertad.
Es en esta etapa de la vida cuando el semen empieza a fabricarse en unos pequeños vasos dentro de los testículos que se conocen como túbulos seminíferos.
Cuando se producen los espermatozoides, estos empiezan a madurar en el epidídimo, un tubo estrecho y alargado situado en la parte posterior del testículo, y el conducto deferente. Desde allí pasan a la uretra.
Este líquido es expulsado a través del pene durante la eyaculación, pero su libración se estimula por una creciente excitación sexual que ocurre en el preámbulo, y se ve reforzada por la fricción del glande del pene, donde menos de 10% del volumen corresponde a los espermatozoides y más de 90% al líquido seminal.
La densidad normal de los espermatozoides en el semen varía de 50 a 150 millones por mililitro, por lo que cada eyaculación contiene entre 20 a 150 millones por milímetro cúbico, y para que se produzca la fecundación del óvulo, el semen debe contener más de 20.